El Real Madrid se vistió de corto con la única intención de ganar una Liga y saltó al césped del Reyno de Navarra rodeado de un halo distinto, quizá el que adorna al que todos dan, desde hace mucho, como Campeón de esta Liga. Los blancos aterrizaron en Pamplona con la artillería al completo, así que Bernd Schuster tuvo que elegir… A la ausencia obligada de Guti, baja por un esguince en el ligamento lateral externo de su rodilla izquierda, se sumaron las de Codina, Soldado, Drenthe, Marcelo, Metzelder y Balboa, que se convirtieron finalmente en los descartes del técnico alemán. Pocas novedades en un once que repitió la misma defensa que asaltó el Camp Nou y en el que Robinho le cedió a Robben su puesto en la banda izquierda. A Van Nistelrooy le tocaba esperar su oportunidad desde el banquillo. El Osasuna, por su parte, tampoco presentó grandes cambios en su equipo. Fiel a su estilo de jugar con un solo hombre en punta, la apuesta del Cuco Ziganda radicó en darle los galones de delantero al ex madridista Portillo. Mientras, Javier Flaño ocupó lateral derecho que Azpilicueta dejaba libre para trabajar como interior.
Mucha intensidad; pocas ocasiones
A la derecha, un equipo que quería una Liga; a la izquierda, uno que quería abandonar los puestos de descenso. El encuentro no podía comenzar de manera distinta a como lo hizo. Ambos conjuntos salieron a ganar, a por la pelota, a comerse al rival… El primero en meter quinta hacia el marco contrario fue el Real Madrid. Internada de Robben desde la banda y pase a Saviola. El intento del ariete se ahogó en la defensa Navarra (1’). Contraatacaba el Osasuna en las botas de Azpilicueta, que colgaba al área pequeña un balón que cabeceó Portillo pero que no encontró la presencia de Vela (8’).
La intensidad del encuentro subía por momentos. Sin dureza sobre el terreno de juego, el fútbol se caldeaba cada vez más. Los rojillos buscaban por las bandas la fórmula para asaltar a Casillas pero el cancerbero demostró una y otra vez por qué es el actual Zamora de la Liga. En la trinchera contraria, Diarra ponía a prueba a Ricardo con un trallazo lejano que el portero despejaba a córner (24’). Respuesta de su homónimo a un balón muerto que Vela, desde la izquierda, convirtió en un disparo cruzado que atajó Casillas (25’). Rozando la primera media hora el ritmo empezó a decaer ligeramente. Para entonces Portillo, la cara del Osasuna en la delantera, ya se había acercado un par de veces a saludar a su ex compañero. Primero con un lanzamiento desde la izquierda que Iker atrapó en dos tiempos (26’) y con un disparo lejano después (32’). Los últimos minutos fueron de mayor acoso local, entre los cuales Saviola colgó al área un magnífico balón que Sneijder cabeceó a las manos de Ricardo (36’). Pocos sustos más hasta el descanso en el Reyno de Navarra.
Dos minutos de infarto para ganar una Liga
Al regreso, mala noticia para los madridistas. Segundos después de la reanudación Cannavaro veía la segunda cartulina amarilla y el equipo se quedaba con diez. Schuster daba entonces entrada a Torres en sustitución de Saviola. El defensa se colocaba en el lateral derecho y Ramos se convertía en el complemento de Pepe en el centro de la zaga. Y con inferioridad numérica llegó la que hasta entonces era la mejor oportunidad del Real Madrid. Desde la frontal del área, Sneijder picaba con la zurda un balón que se estrellaba en el travesaño primero y en la espalda de Raúl después (56’). Repetía el holandés con un lanzamiento a balón parado que despejaba Ricardo (61’). Los blancos necesitaban el gol de la Liga y Schuster lo buscó dando entrada a Higuaín segundos después de que Raúl le cediera el brazalete de capitán a Casillas (64’). El Cuco Ziganda contraatacaba sacando del campo a Portillo y Javier Flaño para que Pandiani y Sola fabricaran otro gol, el que sacara al Osasuna del infierno del descenso. Poco a poco, y a pesar de tener un hombre menos, los blancos le fueron comiendo el terreno, y quizá también la moral, a los rojillos. Cada vez que robaban el balón, los madridistas llegaban con facilidad al área navarra. Robben, Higuaín y Sneijder jugaban entre líneas y sembraban de peligro las inmediaciones de Ricardo. Sólo fallaba la definición.
El fútbol parecía resistirse a poner en la Copa el nombre del Real Madrid y en una de sus escasas ocasiones de la segunda mitad llegó el gol del Osasuna. Lanzamiento de Sola, espectacular despeje de Casillas y mano de Heinze en el rechace. Penalti que transformaba Puñal mientras la Liga intentaba hacerse esperar una jornada más (83’). Pero hacía mucho tiempo que este Campeonato tenía nombre. Y el destino quiso que los madridistas se convirtieran en los primeros de la historia en cantar un alirón en Pamplona. Espectacular remontada de un equipo que quería levantar su 31ª Liga sin importar el escenario. Tres minutos para el final. Higuaín centra al área una falta desde la banda izquierda y Robben, de cabeza, hace revivir la ilusión blanca. Sin tiempo para celebrarlo explotó el éxtasis en Pamplona y voló hasta la Cibeles en el mismo suspiro. Cuando el cronómetro de Medina Cantalejo restaba un minuto para aplazar el sueño madridista, los caprichos del fútbol quisieron volver a hacer protagonista a Higuaín una Liga más. Jugada de vértigo, pase de Ramos y derechazo imparable del argentino que se alojó como un misil en el fondo de las mallas. ¡¡¡Felicidades Campeones!!!
FICHA TÉCNICA:
1- OSASUNA: Ricardo; Javier Flaño (Pandiani, 62’), Cruchaga, Miguel Flaño, Monreal; Azpilicueta, Puñal, Astudillo, Vela; Portillo (Sola, 62’).
2- REAL MADRID: Casillas; Ramos, Cannavaro, Pepe, Heinze; Raúl (Higuaín, 64’), Diarra, gago, Robben; Sneijder (Baptista, 84’); Saviola (Torres, 52’).
GOLES:
1-0, m.83: Puñal, de penalti.
1-1, m.87: Robben de remate de cabeza a pase de Higuaín.
1-2, m.89: Golazo de Higuaín.
Árbitro: Luis Medina Cantalejo, del Colegio Andaluz, amonestó con tarjeta amarilla a Azpilicueta (14’), Heinze (37’), Cruchaga (37’), Sneijder (51’), Diarra (53’), Miguel Flaño (54’), Torres (66’), Puñal (74’) y expulsó a Cannavaro por doble amarilla (11’ y 46’).
Mucha intensidad; pocas ocasiones
A la derecha, un equipo que quería una Liga; a la izquierda, uno que quería abandonar los puestos de descenso. El encuentro no podía comenzar de manera distinta a como lo hizo. Ambos conjuntos salieron a ganar, a por la pelota, a comerse al rival… El primero en meter quinta hacia el marco contrario fue el Real Madrid. Internada de Robben desde la banda y pase a Saviola. El intento del ariete se ahogó en la defensa Navarra (1’). Contraatacaba el Osasuna en las botas de Azpilicueta, que colgaba al área pequeña un balón que cabeceó Portillo pero que no encontró la presencia de Vela (8’).
La intensidad del encuentro subía por momentos. Sin dureza sobre el terreno de juego, el fútbol se caldeaba cada vez más. Los rojillos buscaban por las bandas la fórmula para asaltar a Casillas pero el cancerbero demostró una y otra vez por qué es el actual Zamora de la Liga. En la trinchera contraria, Diarra ponía a prueba a Ricardo con un trallazo lejano que el portero despejaba a córner (24’). Respuesta de su homónimo a un balón muerto que Vela, desde la izquierda, convirtió en un disparo cruzado que atajó Casillas (25’). Rozando la primera media hora el ritmo empezó a decaer ligeramente. Para entonces Portillo, la cara del Osasuna en la delantera, ya se había acercado un par de veces a saludar a su ex compañero. Primero con un lanzamiento desde la izquierda que Iker atrapó en dos tiempos (26’) y con un disparo lejano después (32’). Los últimos minutos fueron de mayor acoso local, entre los cuales Saviola colgó al área un magnífico balón que Sneijder cabeceó a las manos de Ricardo (36’). Pocos sustos más hasta el descanso en el Reyno de Navarra.
Dos minutos de infarto para ganar una Liga
Al regreso, mala noticia para los madridistas. Segundos después de la reanudación Cannavaro veía la segunda cartulina amarilla y el equipo se quedaba con diez. Schuster daba entonces entrada a Torres en sustitución de Saviola. El defensa se colocaba en el lateral derecho y Ramos se convertía en el complemento de Pepe en el centro de la zaga. Y con inferioridad numérica llegó la que hasta entonces era la mejor oportunidad del Real Madrid. Desde la frontal del área, Sneijder picaba con la zurda un balón que se estrellaba en el travesaño primero y en la espalda de Raúl después (56’). Repetía el holandés con un lanzamiento a balón parado que despejaba Ricardo (61’). Los blancos necesitaban el gol de la Liga y Schuster lo buscó dando entrada a Higuaín segundos después de que Raúl le cediera el brazalete de capitán a Casillas (64’). El Cuco Ziganda contraatacaba sacando del campo a Portillo y Javier Flaño para que Pandiani y Sola fabricaran otro gol, el que sacara al Osasuna del infierno del descenso. Poco a poco, y a pesar de tener un hombre menos, los blancos le fueron comiendo el terreno, y quizá también la moral, a los rojillos. Cada vez que robaban el balón, los madridistas llegaban con facilidad al área navarra. Robben, Higuaín y Sneijder jugaban entre líneas y sembraban de peligro las inmediaciones de Ricardo. Sólo fallaba la definición.
El fútbol parecía resistirse a poner en la Copa el nombre del Real Madrid y en una de sus escasas ocasiones de la segunda mitad llegó el gol del Osasuna. Lanzamiento de Sola, espectacular despeje de Casillas y mano de Heinze en el rechace. Penalti que transformaba Puñal mientras la Liga intentaba hacerse esperar una jornada más (83’). Pero hacía mucho tiempo que este Campeonato tenía nombre. Y el destino quiso que los madridistas se convirtieran en los primeros de la historia en cantar un alirón en Pamplona. Espectacular remontada de un equipo que quería levantar su 31ª Liga sin importar el escenario. Tres minutos para el final. Higuaín centra al área una falta desde la banda izquierda y Robben, de cabeza, hace revivir la ilusión blanca. Sin tiempo para celebrarlo explotó el éxtasis en Pamplona y voló hasta la Cibeles en el mismo suspiro. Cuando el cronómetro de Medina Cantalejo restaba un minuto para aplazar el sueño madridista, los caprichos del fútbol quisieron volver a hacer protagonista a Higuaín una Liga más. Jugada de vértigo, pase de Ramos y derechazo imparable del argentino que se alojó como un misil en el fondo de las mallas. ¡¡¡Felicidades Campeones!!!
FICHA TÉCNICA:
1- OSASUNA: Ricardo; Javier Flaño (Pandiani, 62’), Cruchaga, Miguel Flaño, Monreal; Azpilicueta, Puñal, Astudillo, Vela; Portillo (Sola, 62’).
2- REAL MADRID: Casillas; Ramos, Cannavaro, Pepe, Heinze; Raúl (Higuaín, 64’), Diarra, gago, Robben; Sneijder (Baptista, 84’); Saviola (Torres, 52’).
GOLES:
1-0, m.83: Puñal, de penalti.
1-1, m.87: Robben de remate de cabeza a pase de Higuaín.
1-2, m.89: Golazo de Higuaín.
Árbitro: Luis Medina Cantalejo, del Colegio Andaluz, amonestó con tarjeta amarilla a Azpilicueta (14’), Heinze (37’), Cruchaga (37’), Sneijder (51’), Diarra (53’), Miguel Flaño (54’), Torres (66’), Puñal (74’) y expulsó a Cannavaro por doble amarilla (11’ y 46’).
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